Es muy habitual que las preocupaciones de los padres se centren en la educación clásica cuando se trata de las conductas y los hábitos de nuestros hijos, pero no debemos olvidar la importancia de la educación de sentimientos y emociones. Esto supone saber reconocer las propias emociones, expresarlas, controlarlas, reconocer las de los demás y aprender a regularlas al mismo tiempo. Como esto no es tarea fácil, te proponemos 4 claves para conseguir una notable mejora en la educación emocional de los más pequeños de la casa.
1. Controlar su ira
Normalmente es hasta los 18 meses cuando los niños necesitan el afecto y el cuidado de sus padres, ya que eso les aporta seguridad y no sienten verdadero miedo. Pero sí debemos tener en cuenta que a partir de los 6 meses van a empezar a desarrollar la rabia, por ello es fundamental saber canalizar sus reacciones y corregirles cualquier mala acción.
2. Desarrollar su empatía
Para conseguir algo tan importante, como es ponerse en el lugar del otro, es necesario razonar con ellos continuamente mediante preguntas: «¿Cómo crees que se siente tu hermano con lo que le has dicho?»«¿Por qué crees que está llorando tu hermana?»
3. Saber escuchar
Tan indispensable como las dos primeras. Desde muy pequeños es muy importante saber guardar silencio mientras los demás hablan, pero no sólo eso, debe ser unaescucha activa. Por ello es recomendable hablarles despacio, frente a frente y terminando las frases con un«¿has entendido?», «¿estás de acuerdo con lo que he dicho?».
4. Expresar emociones
Al igual que es importante saber educar a nuestros hijos, también lo es saber cómo se sienten en cada momento. El hogar y la escuela van a ser esos primeros escenarios donde se va a desarrollar su vida, y si les ofrecemos comodidad para que puedan expresarse y comunicar, también lo harán a medida que crezcan en su vida diaria.