Jesús y Nidia están ahora mismo embarcados en su aventura en Nueva York, y sin duda están pasándoselo genial. Y es que viajar en familia es, sin duda, una de las maneras más maravillosas de formar una unidad, fortalecer vínculos y pasarlo en grande todos juntos. Sin embargo, en ocasiones puede convertirse en una locura de imprevistos. Queremos darte estos siete consejos para ayudar a que las vacaciones sean lo más agradables que puedan ser.
Antes de viajar…
1. Planificar bien el viaje
Improvisar es una genial idea cuando vamos solos o en compañía de otros adultos. Viajando con niños, en cambio, tal vez sea una fuente de problemas. Las esperas, los errores y las vuelta atrás… El mayor problema al que nos enfrentamos en estos viajes es al cansancio de los pequeños, y una manera muy efectiva de evitarlo es teniendo un buen plan de viaje.
Trazar una ruta por los lugares que vas a visitar, buscar con antelación los transportes que vamos a utilizar -y los trasbordos en los viajes largos-. Tal vez sea buena idea elaborar un calendario -abierto a cambios- y tener muy en cuenta las pausas para descansar y comer.
2. Preparar la maleta con tranquilidad
Si ya de por sí hacer nuestra propia maleta nos trae mil quebraderos de cabeza, pensar también en todas las cosas que necesitaremos para los pequeños es aún más complicado. Te dejamos una lista de las cosas básicas que podrían ayudarte a elegir:
-Ropa: preparar un conjunto para cada día, y, preferiblemente, añadir alguno más por lo que pueda ocurrir.
-Neceser: una toalla de baño por si acaso, jabones y champús, peine o cepillo, colonia, crema del Sol, crema hidratante, toallitas húmedas, pañales (si son pequeños), bolsas plásticas y baberos.
-Medicamentos: llevar algunos básicos de casa para prevenir, como analgésicos, tiritas, agua oxigenada y algodón.
-El juguete preferido del niño (¡aunque mucho cuidado de que no se pierda durante el viaje!)
-Si son bebés: una cuna de viaje, el chupete (o dos, por si acaso), un termo y un calentador de biberones.
-Tarjeta de la Seguridad Social o del seguro médico privado, y la cartilla de vacunación del bebé.
Durante el trayecto…
3. El momento aeropuerto: llegar con antelación
Muy dificilmente perderemos el avión, pero a nadie le gusta empezar sus vacaciones corriendo de un lado a otro del aeropuerto. Para asegurarnos tranquilidad, procura estar al menos media hora antes de lo que normalmente planearías. Además, hay otros factores que puedes tener en cuenta para facilitar todo el jaleo del aeropuerto:
-La ropa de viaje de los pequeños tiene que ser cómoda, y también sencilla para que no suponga un problema más a la hora de pasar por los controles. Zapatos fáciles de quitar, evitar cinturones, collares, pendientes, relojes…
-Aprovecha el camino hacia el aeropuerto para explicarles cómo funciona el control, así no estarán tan perdidos cuando llegue el momento.
-Si tienes hijos muy habladores y extrovertidos, adviérteles seriamente de que controle sus bromas durante el control de seguridad. Frases como «llevo una bomba», incluso viniendo de la boca de un niño, pueden suponer un problemón para la familia que pueden ir desde retrasos hasta una multa, a parte de los nervios innecesarios.
-Recuerda que puedes llevar sillitas de coche para niños. Normalmente las aerolíneas no las cobran o incluso dejan pasarlas como un equipaje de mano más; sin embargo, consúltalo con la empresa varios días antes.
4. Entretenerlos durante el viaje en avión
Trayectos largos es un concepto muy abstracto cuando hablamos de niños. Dos horas de avión también es un laaargo viaje para los pequeños. Normalmente, los aviones de los trayectos largos incluyen unas televisiones en las que tienen películas para entretener a los niños (¡y adultos!), pero puede ser que eso no sea suficiente.
-Llevar algún juego de mesa portátil (los venden también en los aeropuertos) para pasar el rato, unas cartas también pueden servir.
-Llevar alguna revista, cómic o libro infantil que le guste. Es importante que le guste de verdad, si no al final no querrá leerlo y será peor.
-Preparar una bolsita con snacks. También podemos preparar algo de comida si el viaje es largo, aunque en los viajes realmente largos la propia aerolínea se encargará de las comidas.
-Si viajamos con bebés también es conveniente que llevemos toallitas húmedas, pañales y desinfectante para las manos.
Durante el viaje…
5. Adaptarnos al nuevo destino
Si hemos decidido un viaje muy lejos (¡como Jesús y Nidia en Nueva York!), es conveniente adecuarse a los nuevos horarios. Si puedes planificarlo desde antes, es ideal que los niños se vayan haciendo a la diferencia horaria antes de viajar (uno o dos días antes ir adecuándolos). Una vez hemos llegado al destino, lo mejor que podemos hacer es mantenerlos activos durante las horas de luz, y hacerles descansar en cuanto caiga la noche, desde el primer momento. Tal vez en un principio nos cueste arrancar, pero seguro que al segundo día ya se nos hace más normal.
6. No perderlos de vista ni un minuto
Ya sea porque los dejemos en el coche un momento en lo que bajamos a comprar, o porque están en la piscina o jugando en el parque. Sobretodo si salimos de nuestro país, no debemos perder a nuestros pequeños de vista ni un minuto. No se trata sólo de cosas tan graves como los secuestros, simplemente no en todos los países se exigen condiciones mínimas de seguridad en los parques, ni la obligación de haber socorrista en las piscinas.
Con respecto a la seguridad, y más si viajamos a países en desarrollo, debemos extremar las precauciones: pedirle a los conductores que conduzcan sin prisa y seguros; observar con atención todo lo que hay en nuestro hotel (cables sueltos, insectos…)… Nunca está de más ser precavidos, pues las cosas no funcionan igual en todos los países.
7. Prevenir las necesidades de cada día
Llevar una bolsita con snacks y agua suficiente nos ayudará siempre a que los niños no empiecen a estar cansados por sed o hambre. Nunca sabes cuánto te va a costar encontrar una tienda donde comprar, así que mejor ir preparados. Localizar algún super cerca del hotel -o de camino- para hacer este tipo de compras con antelación nos podrá ayudar a evitar este tipo de problemas.
Si, por ejemplo, sabemos que vamos a hacer un viaje largo en tren o en coche, también deberíamos prever que necesitaremos algo con lo que mantener entretenidos a los peques. Tal vez las mismas cosas que nombramos anteriormente para el avión: cartas, un juguete, un juego de mesa pequeño… Si no podemos estar cargando con más peso, también podemos recurrir a la imaginación. Los juegos no necesariamente tienen que ser materiales, ¡podéis jugar al veo veo, a las adivinanzas, adivinar las canciones, palabras encadenadas…!