Nueva semana y nuevo vídeo. ¿ A qué no pensaban que un trompo diera para tanto? Jesús nos enseña diferentes tipos de este mítico juguete que ha hecho las delicias de niños (y no tan niños) desde siempre.  El trompo tiene siglos de existencia, deriva de la clásica peonza y desde Brasil hasta Japón este cuerpo cónico de madera ha girado y girado.

Seguro que cuando vemos a nuestros peques jugando con un trompo nos trasladamos a nuestra propia infancia, porque ¿quién no ha hecho bailar un trompo alguna vez? En la actualidad nuestros hijos son nativos digatales, es decir, han crecido con un dispositivo electrónico a mano y tienen una intuición para manejar de manera básica un móvil o un ordenador. Es importante que sepan desenvolverse en el entorno digital, porque el día de mañana serán profesionales 3.0. Pero es igual de importante que interactúen con juguetes más «tradicionales», y más importante aún: que papis y peques jugemos juntos.  Una cosa tan pequeña y simple como un trompo es un nexo de unión entre nuestra infancia y los niños. Les podemos enseñar como jugábamos nosotros, los trucos que nos enseñaron nuestros padres, aprender los trucos nuevos,…aprender y jugar; jugar y aprender. El tiempo que compartimos con nuestros hijos es de vital importancia, ya que tenemos una función primordial como educadores. El niño está en constante aprendizaje, no solo dentro del cole. Y la mejor manera de aprender es a través del juego. Por eso jueguen con sus hijos todo el tiempo que puedan, sin quererlo les estamos trasmitiendo conocimientos y valores y ellos a nosotros también. ¡ A bailar juntos el trompo!

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