La crianza de un niño junto a un perro ha sido demostrada que es tremendamente beneficiosa, pues le aporta una serie de valores y responsabilidades que el niño incorporará de forma inconsciente y para siempre. Si estás pensando en acompañar la infancia de tu pequeño con un perro, tal vez estos consejos te ayuden a elegir el mejor momento.
La crianza de un niño junto a un perro ha sido demostrada que es tremendamente beneficiosa, pues le aporta una serie de valores y responsabilidades que el niño incorporará de forma inconsciente y para siempre. Si estás pensando en acompañar la infancia de tu pequeño con un perro, tal vez estos consejos te ayuden a elegir el mejor momento. No olvides que estamos hablando de una forma muy general y que todo dependerá de la forma de ser del niño y del perro, ¡no todos somos iguales!
¿Qué edades son las mejores para compaginar entre niño/perro?
El niño
–Antes de los tres años: es muy difícil que el niño aún sea capaz de diferenciar entre la mascota y uno más de sus juguetes. Es imposible que se haga cargo de él, por lo que hasta que pasen unos años no incorporará el cuidado del perro como una responsabilidad suya. Además, en estas edades, los pequeños aún están investigando sobre sus propios cuerpos y es muy probable que acabe empujándolo, arañándolo o tirándole del pelo sin querer, tal y como hace con los propios padres.
Si el perro ya forma parte de la familia y sabes que es un perro lleno de paciencia, puedes despreocuparte por él, pero tendrás que tener en cuenta que a medida que el niño crezca, deberás inculcarle tú mismo las responsabilidades que conllevan tener un perro: no sólo las malas, ¡darle amor y juego también es una responsabilidad!
–De tres a cinco años: el pequeño empezará a diferenciar y saber que su mascota es un ser vivo, y por tanto, empezará a darle cariño y a cuidar de él por sí mismo. Sin embargo, al ser tan pequeño, la clase de tareas con las que podrá lidiar son muy limitadas (jugar, ayudar a limpiarlo, darle de comer…). Si no tienes muy claro querer cuidar a un perro, que es una de las mascotas más dependientes, tal vez prefieras plantearte tener un gato, un hámster o una tortuga. Son animales que no dependen tanto -no tienes que pasearlos, ni bañarlos tan a menudo…-, y el niño lo tendrá más fácil para cuidar de él.
–A partir de seis años: es el mejor momento para que un perro se una a la familia. El niño ya será capaz de hacer tareas más laboriosas como pasearlo, bañarlo… Además, será capaz de establecer una relación mucho más real y empática con el perro.
El perro
Establecer la edad perfecta de un perro a la hora de relacionarlo con un niños es muy relativo. Cualquier cosa que podamos decir al respecto es una generalización, pues cada perro es un mundo. Sin embargo, alguna de estas ideas pueden servir de ayuda:
-Las razas de perros pequeñas (chihuahuas, yorkshire, caniches…) suelen ser más territoriales con respecto a sus propios dueños. Incluso sin niños de por medio, suelen establecer zonas que les «pertenecen» y son muy recelosos cuando alguien se acerca a sus juguetes. Siendo así, tener un perro pequeño de edad más o menos avanzada puede dar problemas de celos.
-Los perros de razas grandes suelen ser mucho más abiertos. En este caso, lo que habría que cuidar es que el perro aprenda a respetar al niño, aunque no suele ser un problema. Por lo general, los animales saben que el pequeño es un «cachorro» humano de la familia y lo cuidarán, pero puede llegar el caso que, si el perro es muy jóven y activo, pueda provocar problemas (empujones sin querer…). Aún así, si somos conscientes de que no es ni por asomos a propósito y le transmitimos al niño que todo está bien, no pasará nada.
-Por lo general, cualquier perro que introduzcas en la familia desde cachorro no tendrá ningún problema para aceptar al pequeño. Lo verá como a un igual, un hermano con el que jugar.
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